30 de diciembre de 2010

Por los profesionales de CNN+

Es verdad que la mayoría de asuntos sobre los que escribo en este blog son tontunas o frivolidades.
Casi nada es necesario aunque todo sea verdadero. Son notitas de intrahistoria...
Hoy, para llevar la contraria, voy a brindar por algo que hace falta.

Este fin de año Tele5, fusionada y feliz (digo yo), ha decidido merendarse nuestro canal de noticias 24horas, una de esas excentricidades que, aunque no viera nadie (que tampoco era así), hacía falta absolutamente. Porque era un gesto que nos hacía mayores, que nos daba carta de madurez, que entre tanta bazofia televisiva, quedaba bonito y digno y respetable en las páginas de programación. Un poco como La2 pero, con la que está cayendo de impostura y falta de reflexión y falta de ética, todavía menos prescindible.

Porque si no sabemos dónde estamos, si no nos informamos ¿qué somos?

¿Que se hizo Gabilondo? ¿los de Antonio San José, qué se hicieron? ¿Qué fue de Marta Reyero? ¿Qué fue de Mónica Sanz? ¿qué fue de Alosno Trenado? ¿de Juan José Basterra? ¿No son, casi sin duda, un elenco de los mejores profesionales de la información española actual? ¿No nos hacen falta donde estaban, al otro lado de la pantalla, haciéndonos menos imbéciles, más ciudadanos?

Y Letizia Ortiz, que hizo sus pinitos en CNN+ allá por 1999 (para pasar en 2001 a TVE) ¿no dice nada de nada de nada?  (y, si lo dijera, qué)

¿qué va a pasar con 'Cara a Cara'? ¿con 'Estrenos'? ¿Con 'La Red'? ¿con Economía 23? ¿con todos esos programas que servían para dar a conocer, reflexionar, comentar, analizar las cosas un poco más seriamente que a lo que nos tienen acostumbrados los vocingleros tertulianos de la radio y los comparsistas de tantas cadenas?

Yo no soy nadie para brindar por nada que tenga que ver con la televisión, porque abomino de semejante aparato y, aunque me avergüence a veces, he decidido renunciar a la caja tonta en mi hogar (en beneficio del mucho más fiable, pluridisciplinar, versátil y digno portátil) pero CNN+ era, en mi opinión, mucho más que eso, era más que un canal de TV, era un reducto de dignidad, un escudo antigranhermanos (leo que un canal 24h de Gran Hermano ocupará su puesto en el tedetismo vergonzante y ninguna burla me parece equiparable) era un refugio, algo de lo que presumir en las LG de Barajas, algo a que aferrarse para saber qué estaba pasando.

Han sido años muy chungos para los periodistas, meses de despidos de amigos, de EREs de hoja perenne y hoja caduca, de recortes de sueldos, de renuncias, de cutreríos, de planillos menguantes y anunciantes crecientes y crecidos. Y el cierre de CNN+ me parece una guinda tristísima para semejante postre amargo.

Yo, desde aquí, brindo por quienes, durante los últimos doce años, desde el 27 de enero de 1999 hasta el próximo 31 de diciembre de 2010, han hecho posible que CNN+ informase diariamente, por quienes nos hacían ver, mientras estaba pasando, lo que pasase.

29 de diciembre de 2010

brindisino por 'la' ryanair

así, a la italiana.
Porque con sus restricciones de equipaje protege nuestro hogar del celo decorador de los parientes 'all'stero'.
Y porque con sus 55x20x40cm de límites máximos para dar de sí la maleta, nos preserva de los ineluctables excesos de presentes y 'pensierini' navideños.

27 de diciembre de 2010

Por los leopardos y las cebras, los guepardos y las girafas

He leído que quizás ya está un poco 'demodé'... pero a mí siempre me pasa lo mismo, que me engancho a una cosa (sobre todo una cosa fashionil), que realmente le cojo cariño cuando está al borde de la agonía. Yo soy así, fantasma de temporadas pasadas.

Me pasa un poco este invierno con el 'animal print' (es decir, lo que vendría siendo el estampado animalesco, si no se empeñasen las revistas femeninas en hablar sólo en anglicismos y galicismos -quizás hay algún término prestado del italianomilanés que desconozco)

Y si hace ya un año me compré en mi banca de la señora María del rastro un maravilloso top aterciopelado y leopardino, vintage total, top que me pongo en mis noches de postín y bailoteo; si hace unos meses sucumbí a la Marie Claire edición grande (yo soy más de pocket) porque venía con un foulard con manchas felinas y si me arrepentí de haber tirado hace ni sé mis bailarinas atigradas, o de no comprarme un divertidísimo jersey de H&M que venía con girafa incorporada (recuerdo que lo vi en el fabuloso blog de Rai Robledo -pedazo de fotógrafo)... bueno, si pasó todo eso que decía, acabo de caer en la tentación de este chulísimo vestido de Oysho que me ha costado 21'95 eurillos de nada.


Vale que a esta bloguista, CheCosa, que es monísima, le queda genial genialísimo, pero hay que reconocer al vestidín de marras que sienta muy bien a casi todo el mundo, que es cómodo y queda aparentón aparentón.

Porque la derrama nueva de nuestra pobre casa...ay, vecinos!... y los gastos de Reyes y la cuesta de enero no me lo van a permitir... pero si me toca la lotería del Niño me compro en las rebajas un total-look selvático y animal, como que me llamo George de la Jungla.

26 de diciembre de 2010

Por la campaña japonesa de Google

Fashion Show with Google from Robbin Waldemar on Vimeo.


y por la italiana



en sus dos versiones:

Un 'brindisino' por el sprint

que, a mi apresurada salida de Juteco, a un paso y medio de la parada del bus, recién arrancado el 9 abarrotado ante mis ojos, tras un segundo de vacilación, tras un apenas atendido pinchazo de indolencia, he emprendido animosa y determinada al éxito.

Un brindisino por mi aguerrido trote, por el aliento de un simpático muchacho ("que lo coge, señora"), por el roce del gélido viento de diciembre en mis mejillas, por la imagen de la plaza de Prosperidad a cámara rápida.

Un brindis porque, con la complicidad del semáforo de López de Hoyos, con la connivencia de la cuesta abajo y con una decena de minutos posteriores de falta de resuello, todavía puedo alcanzar al autobús en la parada siguiente, si lo pierdo delante de mis narices en la precedente.

24 de diciembre de 2010

Por los 11 mejores villancicos (según mi propio espíritu navideño)

Los habrá que crean que nada hay más uncool. A mí, que soy de pandereta y rinrín con la botella de Anís del Mono, me gusta un buen villancico a estas alturas del año.
Porque hoy es el día para brindar por ellos con más brío y espíritu que nunca, he aquí la lista de mis once villancicos favoritos.

1) La marimorena. 
Porque me recuerda a las excursiones a la Plaza Mayor con mi abuelo Enrique, las cabalgatas de Reyes y cuánta gracia me hacía que al pobre de San José unos ratones le royesen los calzones. Porque es gamberro y divertido y, cuando lo cantaba de pequeña, siempre me imaginaba en una fiesta de 400 en cuadrilla, sentados en 400 sillas y me parecía que debía de ser lo mejor del mundo. Ande, Ande, Ande...

2) Let snow...
Porque la primera vez que fui plenamente consciente de su significado, lo cantaban un guitarrista rubio y un tío con rastas en un garito del Lower East Side, porque, fuera, en efecto, hacía un frío que pelaba, yo vivía mi primera nevada neoyorquina (era 2004) y nos acabábamos de poner ciegos de pasta en uno de mis italianos favoritos, Arturo´s de la calle Hudson.



3) El tamborilero
No descarto que, de niña, viviera una leve intoxicación de Raphael, pero es recordar el célebre vídeo de "la voz", con su cisne negro y su mirada al cielo, es pensar en ese pobre pastorcillo percusionista, talentoso y humilde y no puedo evitar conmoverme...  porropopón porropopón...

4) Joy to the world
Si existe un canto de felicidad, esperanza y plenitud, para mí es éste. La versión que cuelgo a continuación es tan épica y triunfal como alucinante.



5) Adeste Fideles. 
Siempre quise, de niña, aprenderme la letra. Creo que jamás pude. Para mí olía a Misa del Gallo, a regalos esperando bajo el árbol y a risas y bromas con mi hermano y mis primos.

6) Arre Borriquito. 
Seguro que no es lo más políticamente correcto del mundo ponerle un petardo a los aguinaldistas, pero si yo tuviera un hijo, le cantaría este villancico sin parar. Sólo la introducción instrumental, ya me pone de buen humor, pero para mí la felicidad cabe en la quinteta de su estribillo, será por el "que mañana es fiesta y al otro también"...



7) Santa Claus is coming to town. 
Porque me trae el recuerdo de la pista de hielo de Bryant Park y porque jamás hubiera aprendido a pronunciar la palabra "naughty" sin esta canción navideña. (la versión de los Jackson Five es extremadamente guay)

8) Canticorum. 
Una vez estuve escuchando los ensayos del Coro Complutense de este maravilloso canto de júbilo y, desde entonces, para mí es todo un himno a la dicha. Gracias, Haendel.

9) O Holy Night. 
Lo compuso John Williams para 'Sólo en casa' y yo sé que a mi padre le encanta. La morriña, el calor familiar, la vuelta a casa por Navidad, el misterio, se cuelan en las voces maravillosas de estos niños.


10) War is Over. 
Si John Lennon y Yoko Ono pudieron escribir un villancico, es que molan. Y éste mola muchísimo



11) Ave Verum. de Mozart. 
No sé si es en rigor un villancico, pero Mozart no pudo crear algo más bello para recordar al Dios hecho carne que, entre tanto polvorón y tanta zambomba, es, a fin de cuentas, lo que celebramos esta noche.

Ay, ¡Qué bello es vivir! Feliz Navidad a todos.

PD. Añado un descubrimiento de última hora. A ver qué os parece

Hurts - All I Want For Christmas is New Year's Day from Esmeralda Escudero on Vimeo.

22 de diciembre de 2010

uno de vodka, por los cosacos...

Quizás es que llevo unos días con un aire Raskolvinok (aunque no haya matado a ninguna vecina), quizás es que con este frío me imagino como Ana Karenina junto a las vías del tren, quizás es que sueño con el Neva lanzando tintineos de luz al ocaso o sólo que tenía unas ganas locas de comer caviar, como sea, este año, por mi cumple, se me antojó cenar en un ruso.

Al otro lado de la estepa de la plaza de la Plaza brillan las bombillas redondas de "El Cosaco" que, según pone en su tarjeta, es el restaurante ruso más antiguo de Madrid: abierto en 1969, casi nada.


Una robusta camarera rubia con aire de mujik nos enciende una velita en nuestra mesa camilla, junto a la chimenea iluminada con papel pinocho carmesí. Nuestra vajilla de cerámica, profusamente ornamentada y levemente descascarillada, dibuja una escena campestre diga de Chejov. La sala (pese a las sillas de Ikea modelo Ingolf y al cojinete Majvor -es lo que tiene saberse el catálogo) es un hogar, una casa preñada de recuerdos, recargada y adusta. Destila un aroma de tarde de invierno, de confidencias entre hermanas -tres-... sería el tipo de recinto que volvería loco al Tío Vania. Hay un dibujo de un jardín florecido de cerezos frente a uno de los ventanales. Delante del gran espejo barroco que preside de la sala, destaca un gran samovar dorado. Sendos ficus -no paramos de preguntarnos si son o no de verdad- velan la imagen de la calle lluviosa. Todo es melancolía y refugio.


Además de con unas 'baltikas' y los pepinillos, pan y mantequilla del aperitivo, empezamos la cena con unos blinis con caviar, huevas, salmón ahumado y arenque, todo con su nata agria... una delicia para regodearse oblomovistamente, en tantos placeres.

De segundo, un obligado strogonof (suculento y sabroso, el mismísimo príncipe Minsk pareció sonreirme al otro lado de las ventanas de la calle) y unos medallones de solomillo de buey con una salsa sabrosísima de setas. A estas alturas ni el mismísimo Turgeniev en sus viajes europeos hubiera sido más feliz.

Un poco llenos, nos aventuramos con los postres: una potente tarta de mus de chocolate, Tatiana, y una riquísima obra de arte pastelera de requesón caliente y pasas, la Vatruska.

El pequeño samovar eléctrico que nos aproximan hasta nuestra mesa camilla y que, como es tradición, vamos bebiendo a sorbitos, en nuestra jarra de monarca medieval, mezclándolo amorosamente con mermelada de fresa, pone el moroso colofón a una cena digna de un par de zares.

Mmm, quién pudiera vagar por las calles de San Moscú, las manos en los bolsillos, junto a un gato parlanchín, el maestro y margarita....

pd. El Maestro y Margarita, de Bulgakov, es uno de los libros más divertidos y maravillosos que he leído jamás.

21 de diciembre de 2010

Un 'brindisino' por la pavana, Op 50 de Fauré

Porque en los 2 minutos 37 segundos que dura su comienzo instrumental cabe todo lo bueno, todo lo mágico, todo lo emocionante, romántico y verdadero que le puede suceder a uno en la vida.

Porque es una guiño autocomplaciente al desengaño, al tiempo perdido y al tiempo ganado, porque sabe a domingo y a lluvia y, al escucharla, uno se imagina en la Corte de Guermantes mordisqueando una magdalena empapada en té.

Porque quien no se emocione escuchando esto, es que no sabe ser feliz.



Qué es una pavana se puede leer aquí
Quién fue Fauré, aquí

20 de diciembre de 2010

Un 'brindisino' por los armarios de Ikea

..porque en 50 cm de ancho, 220 de alto, una balda, dos cajones y una cesta de aluminio Komplement
caben:

- 14 jerseys
- 3 rebecas de punto
- 3 leggings
- 1 sudadera
- 16 camisetas (de manga corta y larga)
- 6 camisas
- 2 tops de brillibrilli
- 16 vestidos (5 de ellos de los de no arrugar, sino de colgar en percha)
- 7 pares de calcetines
- 9 medias
- 5 camisones (o equivalentes)
- 22 bragas
- 14 sujetadores
- 5 pantalones
- 8, no, 9, no 10 faldas
- 2 pantalones cortos de vestir (más 1 de pijama)
- 2 americanas (un poco espachurradas a estas alturas de la lista)
- y 5 cinturones
- además de mis dos gafas de ver (hemos renunciado a las mesillas por imposición geométrica o aritmética o arquitectónicoespacial, porque no nos caben, vaya)
- y hasta una cesta de mimbre de hace dos Navidades en la que hemos apañado el botiquín.

¡Viva la República extensible de mi casa!




PD. este brindis hubiera sido imposible sin la inestimable colaboración de mi padre, sin cuya ayuda hubiera sido incapaz de trasladar los recién loados PAX hasta mi segundo piso sin ascensor.

PD2. Otro día dedico un brindis al canapé, al segundo armario de ikea del dormitorio pequeño y a los altillos de obra, que hacen mucho apaño.

19 de diciembre de 2010

Un brindis por El Mundo Today

Un urgente de última hora: Recopilan todos los estados de Facebook de Montesquieu
Un reportaje internacional: Los chinos podrán poner los ojos bien a partir de 2011.
Un destacado de la sección local de sucesos: Encuentran unos pergaminos egipcios en un recibidor de Zamora (Están protegidos por un marco dorado y un cristal de plástico... “La situación es extraordinaria porque no teníamos constancia de que los egipcios hubieran llegado a España”)
Un testimonio: Antonio Luján: "Llevaba 40 años usando mal el bidé"

Si, con la que está cayendo para el Periodismo -y los periodistas-, unos tíos se acuerdan de la Virgen de Malboro, de la madre de Ramoncín, y de la influencia de Dostoievski en las bandas de Latin Kings, hay que hacerles un homenaje.

Si, tal como está el patio de la sátira (con Belén Esteban y Jorge Javier Vázquez como reyes de la parranda y portadas del EPS) unos muchachos aspiran a dedicar la portada de su pachanguero dominical a los 25 granos más asquerosos de España o sus fotogalerías los catedráticos de metafísica más sensuales, pues hay que dedicarles un aplauso.

Si saben reírse de lo absurdo de la cotidianeidad, de tanta soberana estupidez en el pan nuestro de cada día, yo brindo por ellos.

Creo que a estas alturas El Mundo Today es uno de los hits de facebook y twiteamientos. No descubro nada en este post. Sólo que les sigo jocosamente. Me hacen gracia sus wikileaks sobre los funcionarios, sus artículos sobre los mejores hoteles donde ir a cagar, sus entrevistas imaginarias a quienes, porque sí, se ponen una camiseta de Caja Rural, sus fantasías sobre los payeses leridanos detenidos por cultivar androides.

Son zafios a ratos, surrealistas, disparatados, increíblemente imaginativos, absurdos a más no poder. Por eso me hacen gracia. Porque tienen para los de Cuenca y los de Murcia, los de Cataluña y los de Euskadi, los madrileños y los castellanomanchegos. Porque se desternillan con los chinos, con los niños feos y con los guapos, con los abuelos y con los horteras, con los creativos, con los dentistas y con los jugadores de fútbol.

Me chivan que Xavi Puig y Kike García -los padres de la criatura virtual- tienen que ver con los monólogos de Buenafuente. Que vienen del divertido mundo de la tele es cosa sabida. A veces recuerdan a Joaquín Reyes y su Hora Chanante por lo enloquecido de sus informaciones. A veces Javier Coronas colabora con ellos o se plantan en la Ser o les cuelgan sus vídeos en cualquier parte del mundo ancho y extenso de la red.



Por descabellados, por cachondos, por salaos, yo les daría, mínimo, el Pérez Reverte de webismo.

16 de diciembre de 2010

Un 'brindisino' por la tubería

... que, desde la reforma de casa, repta grácilmente bajo las losas del cuarto de baño, desde el radiador toallero junto al ventanuco, hasta la caldera, ya al otro lado de la pared de la cocina.

Un brindis por esa bendita, gozosa, divina tubería que en las mañanas gélidas me alegra los pies descalzos.

Hace frío y la foto de abajo la he sacado de aquí.

15 de diciembre de 2010

Por María, la cajera del Día

Hablé de ella hace unos cuantos post.
Pero ya no es la misma.
Para empezar se ha cambiado el peinado. Ahora lleva una trenza lateral, despeinada a lo Diane Kruger.
Así:



Se ha soltado las horquillas del flequillo y juraría que hasta ha puesto una gota de rímel en las pestañas. No quiero exagerar, pero aventuraría que tal vez, tal vez, se vislumbra un síesnoes de blush en las mejillas.

María ya no pregunta por la tarjeta del Día antes de empezar a trasegar con yogures y manzanas en oferta -pasa olímpicamente de la tarjeta y de si te olvidas de ella-. Y si la cola de atribulados compradores de última hora sobrepasa los estantes de los kiwis, no se pone nerviosa, ni toca su campanita. Continúa concienzuda y sonriente sin perder un ápice de aplomo.

Sobre la muy horrenda bata roja de dependienta se ha colgado un collar nuevo.

Quizás es la cercanía de la Navidad... quizás María ha empezado sus clases de japonés, se ha apuntado a un intensivo de danza del vientre, se ha inscrito a un club de bondage o se le ha mudado al barrio el doble de Jon Kortajanera. Quizás sólo se ha echado novio, quizás entre los atribulados compradores de última hora, quizás no.

Pero es la primera tarde que veo a María sonreír con ganas, así que un brindis por ella.

12 de diciembre de 2010

Por Fuerteventura, donde no hay cobertura...

...donde las dunas de arena blanca son infinitas y desiertas...



... donde el océano tiene el color de la esmeralda y el viento corta la piel, donde las calas de arena negra brillan al sol y los surferos son felices, apolíneos y bronceados (paraíso de los paraísos en Corralejo, gozo de gozos playeros en Jandía )



(arriba Ajuy, abajo Faro del Matorral, en la Península de Jandía)


Un brindis por Fuerteventura, por sus sempiternos 24º grados, por sus papas con mojo, sus ambrosías Tirma, sus guiris recocidos (oh, dicha de los jubilados de medio mundo en Fuerteventura) y por sus cremitas de aloe vera. Por su pescadito frito y sus cervezas Tropicales, por su calma infinita...


Un brindis por la sombra de Unamuno en Betancuria, por las catedrales oscuras, por las Iglesias con motivos mayas...




...por los pueblos majoreros, por las ardillas y los miradores.


Un brindis por el gozo infinito de no hacer absolutamente nada, y de no hacerlo a pleno sol, en un refugio donde siempre es primavera.

3 de diciembre de 2010

Un brindis por Giulio Berruti

Lectoras obligan. Este post va por ustedes, por petición popular. ¿Qué no hará una por sus seguidoras, tras curiosear en las "stats" de blogspot y darse cuenta de lo que realmente gusta a su público?


Ni me extraña el interés, ni me cuesta loar de nuevo la belleza apolínea y espectacular de mi reciente descubrimiento en Bon Appetit.

Giulio Berruti, un romano veintiseisañero de evidentes talentos, se merece un millón de brindis por más que nos remueva, a las más maduritas, los remordimientos de Sra Robbinson.

Además de regodearme con google images (¿quién supiera subir todavía en mayor tamaño tan estéticamente impactantes y memorables fotografías?), para escribir este post he tenido que documentarme sobre el fornido mozalbete.

Y gracias a la siempre útil wikipedia, a esa ya imprescindible IMDB y a unas cuantas webs de cotilleos transalpinos, he sabido que este odontólogo (si mi dentista se pareciera en algo a Giulio, creo que me haría dos empastes por semana) dio sus primeros pasitos como modelo en campañas de publicidad y apareciendo en telefilmes tan poco recomendables como algo llamado Lizzie McGuire (¡qué duro es crecer si eres Hillary Duff!). Menos mal que, como buen Libra, nuestro amigo perseveró en sus ansias actorales sin desfallecer ante semejantes tostones televisivos.

Llegó la suertuda de María Valverde y, en 2005, compartió reparto con el guaperas de marras en ese bodrio monumental de Melissa P (que habrá que alquilar en algún videoclub ahora que sabemos que sale en esta peli sobre el descubrimiento del erotismo adolescente aparece Giulio) y luego, con La flecha negra (adaptación de la novela homónima de R.L.Stevenson, dirigida por Fabrizio Costa, coprotagonizada por otro guaperas italiano como Riccardo Scamarcio y evaluada con un 4.9 por los seguidores de IMDB), Giulio se hizo un hueco definitivamente en el corazón de sus connacionales. Allí le pudieron ver (quienes le vieran) con atuendo de época y favorecedora melenita principesca.


Llegó la miniserie "La Hija de Elisa. El regreso a la Rivombrosa" y no hubo más que decir (además, ésta en IMDB la evalúan con un 7.1), pasó por la habitación 4U en otra miniserie famosa en Italia, "El huesped perfecto" (que protagonizó para aclamación femenil) y de ahí a mimar fogones junto a Unax Ugalde en la cinta gastronómica de David Pinillos.

¿Más secretos sobre el bello romano? Le molan las series (ahora mismo vuelve con "El halcón y la paloma!), sale con una actriz ucraniana requeteguapa llamada Anna Safroncik (dios los cría...) y tiene un cachorro de Huski dorado con el que pasea por las Dolomitas.

aquí iba a publicar una foto de Giulio con Anna pero he decidido que paso, son demasiado guapos y muero de envidia.

¿Más secretos aún? Todos los que queráis desentrañar, los encontráis en su mismísimo blog 

Bravo, Giulio! Un brindis por ti.

1 de diciembre de 2010

Un brindis por Vegaviana

Ya se huele en el horizonte la pantagruélica Navidad, con sus lucecitas vivarachas, sus corderos asados, sus jubilosas borracheras y sus toneladas de dulces (venga un panettone, venga un polvorón, pásame una trufa, anda, que le pego un bocao a la tableta de turrón...)

Y ya conozco a más de una, más lista y voluntariosa que yo, que se ha apuntado a alguna dieta preventiva y disociada.

Yo lo intento, engullir con cordura y mesura. Y en previsión de las comilonas que vienen, con sus langostinos, sus salmones ahumados, sus lenguados Menier y sus aperitivillos de Ibéricos, me dejo caer cuando puedo por algunos de mis vegetarianos predilectos (una justificación como otra cualquiera para comer sano, sin pasar hambre)

Ni el muy recomendable Granero de la calle Argumosa Argumosa, ni la encantadora La Gallete, ni el buenrollero y divertido buffet de Viva la Vida, ni siquiera el diminuto vegetariano de Malasaña (en la placita junto a Espíritu Santo) ganan en mi apuesta personal por la cocina vegetariana en Madrid. Tras años de perseverar con La Biotika de Amor de Dios (perseverancia más asociada a la vecindad que a mi devoción por su austera carta), he encontrado mi paraíso anticarnívoro.

Y es que no hay vegetariano tan rico, tan agradable y con camareros tan majos como el Vegaviana (calle Pelayo, 35, metro Chueca)



Si sé que voy a cenar allí me paso la clase de Yoga fantaseando con sus hamburguesas de avena y salsa de yogur, con su revuelto de tofu, cebolla y tomates secos o con su quiche de puerros. Se me da fatal lo de meditar...



Su sopa de mijo está buenísima (y no te pone la cara de pena que ponen las sopas macrobióticas), sus ensaladas son excepcionales, las pizzas tienen mucho encanto, hay una sabrosa selección de Supremas de Pollo de Corral (es un vegetariano tolerante, Vegaviana, y la suprema con puerros y queso azul es una maravilla). Los postres, obra de un cocinero italiano feliz y con muy buena mano para el dulce, son deliciosos. ¡Bendito tiramisú!

Además, tiene unas infusiones digestivas agradables y bienhechoras y te premia con un chupito de licor las noches de frío y heladas (y también las de verano y las de primavera y las de otoño)

Total que a mí me gusta un montón Vegaviana (que, además, tiene un precio realmente módico y anticrisis) y no sé si servirá de mucho como prevención prenavideña -sobre todo por el Tiramisú y los licores de flores- pero, en lo que a vegetarianos madrileños se refiere, es mi predilecto sin discusión posible.