3 de mayo de 2011

Por poder cotillear las más guapas en el Metropolitan

A mí, todo lo que sea redcarpeteo y aires de descansillo y despelleje, me encanta (me hace sentir en casa o, más bien, en el portal, entre mis vecinas)

No tengo ni idea de moda (ojalá), pero me divierte horrores despellejar a las bellas bellísimas, atontarme con sus trajes de cola, refunfuñar ante los ataques al Bon-ton y a la estética, detectar algún michelín descuidado y elegir a la más guapa de la fiesta.
Y como, encima, en Nueva York, son todo desmelene y exceso, una se regodea.
No hace falta más que ver la trenza entre caoba y violín de Rihanna.


He seguido el MetBall al hilo de una de las grandísimas plumas del periodismo y de la virtualidad reporteril, Anabel Vázquez y su certero radar, en Vanity Fair.


En un vistazo muy apresurado anoto a mis chicas predilectas

- Diane Kruger, entre el toque walkiria y el aire ninfa que sólo un cuerpo como el suyo se puede permitir, pierna al aire, brillos al pecho y con labios rojos, cada día más preciosa.

-Gwyneth o el allure de la cota de malla bien plantá. La rubia, que tira de plancha últimamente, ha triunfado con su estilismo micro-zen en los últimos grandes eventos (recordad los Oscars)



- Jessica Alba es tan guapérrima que mencionarla sobra.

- Las mangas blancas de Ashley Olsen a mí me gustaron a rabiar.

- Y el azul Klein asimétrico de Eva Mendes era del todo maravilloso.

- Casi tanto como el Vionnet de Leelee Sobieski ¿Quién es esta chica? que ya quisiera yo para un evento que yo me sé ¿me lo podrá prestar? ¿será mi talla?



No me convencieron mucho:

las telas de araña de Christina Ricci (que sin embargo tiene una cara lindísima), ni la slim sotana de Chloé Sevigni, ni tampoco el Vuitton-faja de la Gossip Girl, ni el tocado MataHari de Isabel Lucas, ni, sobre todo, el vestido de Sarah Burton que -seré una paleta- pero a mí me hizo pensar en Mocedades.

Añado una reflexión, quizás malévola. ¿No hacen los vestidos de McQueen un pecho muy raro (mirad el de la Diosa Giselle, incluso el de Salma Hayek, recordad el de Catalina de Cambridge...)?

Y es que el exceso de pectorales (será también cuestión de perspectiva) está out, que se lo digan a Penélope, que le sobran un par de letras en cada copa...

Parecidos razonables:
- El de Elizabeth Banks con Belén Rueda

 Me inquieta el color naranja de Valentino..

2 de mayo de 2011

Un brindis por Catalina de Cambridge



No sé cuántas fotos he mirado y remirado de la boda de Kate y William, ni cuantas tontunas he pensado y dicho sobre el blanco espectacular de Pippa, la calva del príncipe y la cara de cabreo de la pequeña Grace van Cutsem, tan enfurruñada en el balcón del beso, bajo su tiara de flores.

(Anda que si a mí me llega una Pippa cualquiera, tan guapa, tan elegante, tan esbelta... como para dejarme empipada, como para que el mundo cree una nueva línea de merchandising...)

En fin...

Me he embelesado con la joya de vestido de McQueen (se parezca o no al de Belén Esteban o al de Grace Kelly), me he divertido con las "Sweet Williams" del ramo tan sencillo y resultón, me he reído con los labios rojos de la mujer de Clegg y me he embelesado con una tiara de Cartier que ojalá alguien pudiera prestarme.

Y he leído posts y posts y posts (algunos tan fabulosos!)... sobre el bodorrio... y me he sonreído con la boda de cuento que supongo que, al final, alberga cada corazoncito femenino entre sus ensueños ¡qué menos en mis circunstancias!

Y al final, de conclusión, me queda un brindis por Catalina, que parecía tan indiscutiblemente feliz y bella.

Yo no sé si conseguiré estar tan 'stunning' como la Duquesa de Cambridge. Pero habrá que intentarlo.