11 de enero de 2011

Por los donuts

... pero no los bombón, que están tan ricos que pueden alegrar cualquier mañana.
Ni por los fondant, que están todavía mejor.
Tampoco por los del Dunkin, tentación hace mucho mucho tiempo eliminada por completo de mi dieta.
Ni siquiera por los de azúcar, apuesta segura, golosinería hecha bollo con agujero.

No, un brindis por mi nuevo Donut de Claire's, artilugio capilar apañado donde los haya con el que yo (a quien las puntas de mi última capa raquítica llegan apenas a rozar la clavícula si no estiro mucho el cuello), yo, decía, me siento cual Audrey Hepburn, cual Betty Drapper a la romana.



(grandísima escena Martini con Betty perpetrando un chirriante italiano con acento yanqui. Un día, pronto, dedicaré varios brindis a mis personajes y momentos predilectos de esta grandísima serie)

Mi donut, en potencia, antes de enredarse en mi blanda melena, luce así. Si no lo tenéis aún, hacéis mal.

2 comentarios:

  1. Ojalá pudiera tener yo un mechón de pelo suficientemente largo que poder llevarme al donut. Mientras, seguiré comiendo los de azúcar. Y seguiré engordando. Uff.

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  2. Yo espero el post de Mad Men con ansia

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