20 de noviembre de 2010

un brindis por los espejos de H&M

Ayer salí contenta, muy contenta de trabajar: me han comentado que una persona de cuya profesionalidad me hablan excelentemente y cuyo carácter animoso admiro, va a trabajar en mi equipo.

Ya había decidido desde las 8 de la mañana premiarme con una sesión de compras huyese a la hora que saliese de la oficina. La buena noticia me ha ratificado en ello.

No sé si por la euforia (últimamente mi equilibrio mental empieza a resentirse y paso de la angustia a la exaltación con mayor facilidad que nunca), he estado a punto de llevarme medio H&M. Estaba feliz, ¡qué narices! Era viernes, el fin de semana aguardaba, seguro que la semana que viene será más relajada que ésta...

Así que he arramblado con una tonelada de prendas hacia los probadores y allí estaban ellos. Los espejos mágicos.

Porque (de nuevo quizás producto de mi dicha) era uno de esos días en que me gustaba todo y con todo me sentía resultona (encajes, lanas, satenes, gasas, rosas, lunares, rayas... con todo). Me sentía esbelta, bella, con el culo más duro y la tripa más plana que lo que recordaba, hasta más alta, más sexy. Con vaqueros y top (a casa el top), con leggins y oversize (para mi armario el oversize), con faldita y camiseta de filigranas (¿me la llevo también?), con un vestido lindísimo de lunarcitos (que al final la cordura me ha impuesto dejar)...


Y sé que no soy yo, ni si quiera mi alegría, sé que son ellos, los espejos, los culpables. Nadie es tan guapo como en su foto de perfil de facebook, ni está tan bueno como le hacen pensar los espejos de H&M, ingenios de feria, máquinas adelgazadoras, mentirosos profesionales a lo que hoy me da la gana de loar, espejitos mágicos que a veces nos susurran que no hay otra más bella en el reino que la que suscribe. Y a veces hace falta eso (por mucho que Tokyobanhbao alerte de sus riesgos con sus ágiles lapiceros en el dibujo de arriba), aunque no dejemos de ser conscientes de la trampa y el cartón.

7 comentarios:

  1. XD XD

    Bueno los espejos mentirán a nyuestro favor, pero las luces... Hay algunas criminales! Resaltando ojeras, venas, celulitis, estrías... como no hará nunca la luz del sol. No sé pa que se molestan tanto con todo para deprimirte con lo que fotógrafos y pintores saben que es fundamental para el aspecto

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  2. Pues serán mentirosos, no digo yo que no, pero los prefiero a los de El Corte Inglés, traidores y traicioneros.

    Aunque, si hasta en los espejos de H&M tengo lorzas en ristre y culo grande, ¿cómo seré en la realidad? Aggggggggg.

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  4. Estoy de acuerdo, chicas. En mi caso, sobre todo, lo que cuenta es el ánimo...

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  5. Jajajajja. Aunque no tengamos el gusto de conocernos no sabes lo divertidas y gratificantes que me resultan las entradas de tu blog.

    Un saludo de un admirador de tu escritura en la distancia.

    ;)

    Pd: Yo también brindo por ellos.

    - ¿Quien está dentro de ti?
    - ¿Que me devuelves cristal?
    - Devuélveme lo que fui
    - Lo que ayer tu cristal vio
    - ¿Que me devuelves cristal?
    - En tu cristal se perdió
    - ¿Quien está dentro de ti, muerto cristal, sino yo?.

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  6. Hace tiempo que lo sospechaba. Yo no brindo por los espejos del H&M, en mi tienen el efecto contrario. Tengo una delgadez normal pero cuando me pruebo ropa en el probador del H&M me veo esmirriado, con lo que la mayoría de las veces no me he comprado nada! jaja, el tiro por la culata en este caso. Muy mal ¡Engaño y simulacro por doquier, que desastre!

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