15 de febrero de 2011

Por la 'tarte aux pommes à la Marianne'

He pasado el fin de semana alargado y maravilloso en París, en casa de dos amigos favoritos.
Además de disfrutar de las tienditas de Le Marais, de los macarons de Violeta y Limón de Paul y de una pastelería muy chic cuyo nombre no recuerdo, además de alucinar con el carrusel entomológico y la cinta transportadora de humanos del 104, además de pasar ratos fabulosos con amigos de hace mucho y amigos nuevos (como Giacomo y Amelie) y además de regodearme en el refugio del Louvre el sábado por la mañana, además... he aprendido a hacer una tarta impresionante.
Ésta.


Es importante mezclar la masa con las manos frías: dos partes de harina y una de mantequilla cortada a pedacitos pequeños cuidando de que no se deshaga, amasado muy rápido (que se mantengan los trocitos de mantequilla) con un vaso de agua fría y un poco de sal. Luego, mientras la masa descansa en la nevera se cortan finitos los gajos de manzana, un millón de gajos, cuantos más mejor, todos los que quepan en el molde (comprado hoy mismo en ferreterías Venecia)

Luego la masa se afina con el rodillo, se coloca en el molde, que sobresalga un poquito por los bordes y se rellena con la manzana cortada, 15 minutos en el horno.

En el ínterim se baten dos huevos, se mezclan con el azúcar que le guste a uno y un poco de canela (si se quiere) y un chorreón de nata.

Y luego al horno de nuevo con la masa, las manzanas cortadas y el huevo, hasta que las yemas estén hechas y doradas y ¡voilá! La tarte aux pommes está lista para superar la morriña de las tardes a la vera de Pigalle y la plaza de Abesses donde está escrito "te quiero" en todas las lenguas del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario