17 de octubre de 2010

Un brindis por el Rastro...

que empieza con el desayuno al sol de Tirso de Molina: café con leche en la terraza de la taberna, napolitana de chocolate de la pastelería de al lado.

Un brindis por el trío de swing que toca en la plaza del Duque de Alba, con su indumentaria de época roja y negra; por la gitana que berrea en la esquina, por la tropa de violinistas húngaros, por las dos cantantes de voces agudas que tocan el ukelele remedando a las Andrew Sisters.



El sol repiquetea en la plaza de Cascorro, más allá de los vendedores de orquídeas, de los puestos de Levy's de segunda mano, de los tenderetes de bisutería y juguetes infantiles, apenas un paso más adelante del imperturbable barquillero. Y la marabunta desciende por la Ribera de Curtidores en busca de cachivaches, pelapatatas eléctricos, babuchas marroquíes, pañoletas de colores inverosímiles.

A mí me gusta torcer a la derecha justo antes del conservatorio de danza, por la calle de las Amazonas, donde venden los boquerones en vinagre más ricos de mundo y el olor de las sardinas asadas del bar Santurce invade las aceras.

Mi favorita es la plaza del general Vara del Rey porque allí la señora María pone su banca de ropa a un euro (3 piezas a 5 euros si se pone magnífica o le consta que viene con buena mercancía) A veces me guarda tesoros y hoy he encontrado una blusa blanca preciosa que ha resultado ser parte de un antiguo uniforme de Iberia.

Tras la media hora de revolver en el cajón de ropa usada, uno puede seguir bajando por Curtidores, parando a ratos en las tiendas de muebles y en las almonedas llenas de tesoros. Un par de nuevas quincallerías chinas me tientan con sus anillos de jade, sus láminas de colores, sus figuritas eróticas en falso marfil, sus grullas intimidantes y su soberbio mobiliario de la dinastía Ming.

Y de remate un vermut en la plaza de los cromos, o una tosta aceitosa de pulpo donde acaba la calle de Mira el Río Baja. Paco Villar, a la vera del Cambalache, ya está recogiendo sus tesoros de plástico y sus guitarras de formas inverosímiles.

2 comentarios:

  1. Sin duda creo que es de los mejores planes para un domingo en Madrid.
    Y ese era mi plan de ayer hasta que me dejaron plantada :-(
    Con el solecito que hacía... seguro que el próximo domingo ya llueve y no es lo mismo

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  2. pues me tenías que haber dado un toque, Tavi, que para eso tienes mi móvil...

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